BUTACA 110125
"De lejos venían los gritos de los niños que jugaban. En la habitación misma no había más sonido que el débil tic-tac del reloj, un ruido como de insecto. Se arrellanó más cómodamente en la butaca y puso los pies en los hierros de la chimenea. Aquello era una bendición, era la eternidad." 1984. George Orwell.
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